Diario HOY | Más de 2.000 vuelos cancelados en todo el mundo ante el avance de ómicron

2021-12-27 11:09:03 By : Mr. Amos Lam

Más de 2.000 vuelos han sido cancelados en todo el mundo en el día de Nochebuena ante el avance de la variante ómicron de coronavirus, informó la empresa estadounidense Flight Aware, especializada en proporcionar datos en tiempo real sobre vuelos.

A las 9.00 hora local de la costa este de Estados Unidos (14.00 GMT) ya se habían suspendido en todo el mundo 2.045 vuelos, de los que 457 tenían como destino o punto de partida EE.UU.

Además, 4.604 trayectos han experimentado retrasos a nivel global, de los que 509 se dirigían hacia EE.UU. o partían desde ese país.

Según Flight Aware, las aerolíneas estadounidenses con más retrasos son United, con el 9% de sus vuelos cancelados y el 3% con retrasos, y Delta, que tuvo que anular el 6% de sus itinerarios y el 2% se retrasaron.

En un comunicado, un portavoz de Delta explicó que las cancelaciones se están produciendo por una "combinación de problemas" que incluyen dificultades meteorológicas en algunas áreas, así como el impacto de la variante ómicron, que ha hecho que algunos trabajadores tengan que quedarse en casa.

Mientras tanto, en otro comunicado United afirmó que ómicron está teniendo un "impacto directo" en las tripulaciones de vuelo y el resto del personal de la compañía. Detrás de las cancelaciones en EE.UU. se está librando un pulso entre los directivos de las grandes aerolíneas y los sindicatos.

Justo ayer jueves, el grupo de presión Airlines for America, que representa a Delta, United y American, entre otras, envió una carta a la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), Rochelle Walensky, para pedirle que flexibilice las directrices de esa institución sobre el periodo de aislamiento que deben cumplir quienes hayan estado expuestos al virus.

Actualmente, los CDC aconsejan un aislamiento de diez días, pero Airlines for America quiere que sea un máximo de cinco.. En respuesta, el sindicato de los auxiliares de vuelo, conocido como AFA, escribió también a Walensky una carta para pedir que se mantengan los diez días de aislamiento.

En una sola noche 1969 y por órdenes de Charles Manson, un grupo de sus seguidores -casi todas mujeres a las que sometía a la esclavitud y la prostitución- mataron a la actriz -pareja del director de cine Roman Polanski- a cinco amigos que estaban esa noche con ella y a un matrimonio vecino. Condenado a prisión perpetua, su vida de locura en la cárcel y el destino de su séquito

De un pantallazo, Charles Manson parecía un hombre insignificante. Medía apenas 1,57 y su cara no tenía ningún rasgo sobresaliente. Sin embargo, las mujeres que lo rodeaban -mucho más jóvenes que él- contaban proezas sexuales. Y un detalle: sus ojos tenían un brillo extraño, casi diabólico.

Hollywood, en la ciudad de Los Ángeles y en plena década del ‘60, era un mundo de mansiones y calles que parecían salidas de una escenografía: colinas verdes, piscinas celestes, palmeras y el glamour de sus estrellas y la ambición de quienes deseaban serlo.

El 8 de agosto de 1969, ambos mundos -el de Charles Manson y el de Hollywood- colisionaron de la peor manera. Sus seguidores -más bien esclavas, casi todas eran mujeres- dejaron al mundo conmocionado con un raid de sangre pocas veces visto. En la misma noche, masacraron a puñaladas y balazos a la actriz Sharon Tate, al bebé de ocho meses que llevaba en su vientre, a cinco de sus amigos y, unos momentos después, al matrimonio de Leno y Rosemary LaBianca.

Charles Milles Manson, se convirtió, así, en la bestia negra de los días del hippismo, la droga y la revolución sexual. Y esa orgía criminal que desató, el apocalipsis del sueño de paz y amor de una generación.

Llegó a este mundo el 11 de noviembre de 1934 en Cincinnati, Ohio, de madre precoz (Kathleen Maddox tenía 16 años) y padre que no llegó a conocer: un matón, Walker Scott, que rápidamente huyó de la casa.

La madre –alcohólica y condenada a cinco años de cárcel en 1939 por asalto a una estación de servicio–tuvo un efímero matrimonio con un obrero de nombre William Manson: inocente portador de un apellido trágico.

De tal palo… Charles debutó en el delito en 1947, a sus 13 años: robo en un supermercado. Reformatorio. Fuga cuatro días después, con un amigo. De 1951 en adelante, más asaltos y robos de autos. Acumuló ocho cargos, lo liberaron en 1954 por buen comportamiento, se casó con la enfermera Rosalie Jean Williams, tuvo con ella su primer hijo, y hasta 1967 no hubo noticias de él… salvo su interés por el esoterismo y la filosofía oriental, acaso para matar el tedio carcelario.

Ese mismo año se mudó a San Francisco, recaló en un departamento prestado en Berkeley, un ladrón de bancos le enseñó a tocar la guitarra eléctrica –hay coincidencias acerca de su módico talento musical–, vivió como un indigente, y arrastró con él a la bibliotecaria Madison Brunner.

Y empezó entonces la verdadera historia del clan. De la Familia Manson. En poco tiempo, además de Madison, llegó a convivir con… dieciocho mujeres: un atleta del verano del amor del 67, que explotó en festivales y concentraciones hippies: para él, tan fácil como pescar en un barril…

Hacia el fin del verano consiguió –robado, posiblemente– un autobús escolar, lo inundó de alfombras y almohadones de colores, y con nueve de sus chicas recorrieron medio Estados Unidos.

¿De qué vivían? De la prostitución. Cuando llegaban las cuentas a las muchas casas que alquilaron o usurparon, las hacía pagar con sexo de sus adoratrices.

El 15 de abril de 1968, Brunner le dió un segundo hijo: Valentine Michael. De a poco, el monstruo que sería, pero todavía solo un marginal, un vagabundo, parecía destinado a la música, en especial cuando conoció a Dennis Wilson, el baterista de The Beach Boys, al que conquistó besándole los zapatos.

Pero la semilla del Mal empezó a germinar en su cabeza. Imaginó que los Estados Unidos estaban al borde de una eclosión devastadora: la batalla final entre negros y blancos –triunfantes los primeros–, preludio del Apocalipsis de San Juan… mezclado con música de The Beatles, esclavitud sexual, odio hacia los pigs (cerdos), drogas de todo tipo y color, y atracción –como imán– de chicas de buena posición social pero ávidas de aventuras, engañoso contraveneno de sus convencionales vidas.

En junio del 69, Manson reunió a sus esclavas sexuales y les dijo que estaban llamadas, con él, a señalarles a los negros su Helter Skelter (nombre tomado de un tema de The Beatles que alude a la escalera de caracol de un monumento londinense).

Y empezó a rondar el 10050 Cielo Drive, Beverly Hills, California, mansión alquilada por Roman Polanski y Sharon Tate…

En la mañana del 8 de agosto de 1969, Manson –totalmente desquiciado– les ordenó a sus esclavas y primeras amantes Susan Atkins, Linda Kasabian y Patricia Krenwinkel asaltar la casa y “acabar con ellos de la manera más horripilante posible”.

Como autómatas, las tres obedecieron la orden del amo.

Esas noche, en la casa, estaban Sharon Tate (Polanski filmaba en Londres), embarazada de ocho meses, su amigo Jay Sebring –el peluquero de las estrellas–, el guionista Wojciech Frykowski, y su novia, Abigail Folger (rica heredera de un emporio de café).

En la medianoche del 9 cortaron la línea telefónica. Susan, Linda y Patricia entraron con bolsas llenas de ropa limpia y afilados cuchillos. Tex Watson, el único hombre del grupo, iba armado con un revólver y, sobre su hombro, llevaba una cuerda de nylon de trece metros. En ese momento salía de la casa un auto manejado por Steven Parent (18) amigo del cuidador de la mansión. Watson no perdió tiempo: lo mató de cuatro balazos en el pecho. Y el resto fue el infierno en la tierra: Sharon Tate y sus amigos murieron asesinados a balazos y puñaladas. Tantas que, contadas por la policía, rompieron la barrera de las cuarenta…

Terminada la masacre, sobre una pared y con sangre, escribieron pig (cerdo).

Y cebados de sangre, llegaron al 3301 de Waverly Drive, la casa de Leno LaBianca, ejecutivo de un supermercado, y de Rosemary, su mujer, y los cosieron a balazos y puñaladas: 41 de arma blanca solo en el cuerpo de Rosemary… Más de las 16 que terminaron con Sharon Tate y el hijo que latía en su vientre.

A ese crimen se sumó Leslie Van Houten, de una copetuda familia y princesa de su colegio secundario…

Por fortuna, la larga serie de crímenes programados se cortó pronto. Susan Atkins, detenida por un delito menor, se jactó entre rejas de la orgía de sangre de aquella noche, y la caída y prisión del clan, como piezas de dominó, fue cuestión de horas.

Manson fue condenado a muerte por instigador –no mató a nadie con sus manos–, pero en 1972 la sentencia fue reducida a prisión perpetua: la Corte Suprema anuló la pena capital en 1972.

Leslie Van Houten, que creyó “ver en Manson a Jesucristo”, cumple cadena perpetua.

Susan Atkins, ex bailarina de topless y la más cercana esclava de Manson, murió en prisión en 2009, a los 61 años. Confesó haber matado a Sharon Tate. Luego de oír su sentencia a perpetua, se burló del tribunal y del jurado: “Mejor que cierren bien las puertas y cuiden a sus hijos”, amenazó.

Patricia Krenwinkel, culpable de siete homicidios, tiene 69 años, jura que está arrepentida, y batalla por su libertad condicional.

Linda Kasabian logró inmunidad al declarar contra el Clan Manson. Tiene cuatro hijos y se supone que vive en algún lugar de la Costa Este.

Charles Manson murió en un hospital de la localidad de Bakersfield. Vivió en la misma celda durante 46 años. Solo la abandonaba unos minutos para buscar papas fritas o chocolatines en una máquina. Se supone que ha matado a más gente, aunque solo se le probó instigación para nueve homicidios. En los últimos años abrazó la Causa Verde: defensa del planeta (¿?). Jura que vive “en el inframundo”. Recibe –believe it or not– cartas de admiradores. Y algo perverso se ha edificado en torno del espanto que aun imponen su vejez y el deterioro de su cuerpo: los envoltorios de sus chocolatines se venden a 750 dólares…, y sus trozos de papel higiénico -¡¡¡usado!!!, a 500.

Una foto del año 2009 de Charles Manson en la Prisión Estatal de Corcoran, cuando se había tatuado una cruz esvástica entre las cejas (Photo by California Department of Corrections and Rehabilitation via Getty Images)

Al menos 37 personas murieron, quemadas o ahogadas, y un centenar resultaron heridas el viernes cuando un ferri con cientos de pasajeros se incendió en el sur de Bangladés, registró la policía, un accidente muy frecuente en este país.

El accidente ocurrió de madrugada cerca del municipio rural de Jhalkathi, unos 250 kilómetros al sur de la capital Daca. A bordo del buque iban unas 500 personas.

El "Obhijan 10", ferri de tres cubiertas, "se incendió en medio del río", dijo a AFP el jefe policial local Moinul Islam.

Con la salida del día, los rescatistas buscaban en los restos calcinado del navío, retirando cuerpos, mientras los supervivientes y familiares de los pasajeros buscaban desesperadamente a sus familiares.

"Hemos recuperado 37 cadáveres. El balance de muertes puede subir. La mayoría murieron en el incendio y otros ahogados después de saltar al río", agregó Islam.

"Hemos enviado unas cien personas con herida por quemadura a hospitales en Barisal", dijo.

El fuego se inició hacia las 03H00 locales (21H00 GMT) y se propagó rápidamente, indicaron testigos.

"Acabo de encontrar el cuerpo de mi suegra. Saltó al río y se ahogó", cuenta un pasajero, Mohamad Russell.

"No sé qué ha pasado con mi mujer y mis hijos. Fui al hospital pero no están ahí, espero que sobrevivieran saltando al agua", explica, desolado.

Otros pasajeros afirmaron que en la sala de máquina se vieron llamas from que el ferri zarpó del puerto de Sadarghat, Dacca, hacia las 21h00 locales del jueves.

"Dormíamos en la cubierta inferior. Todos los pasajeros dormían. Mi nieto de nueve años estaba conmigo, saltó hacia el río. No sé si se salvó", contó una señora.

"Cuando el fuego se propagó la gente comenzó a correr. Muchos pasajeros no pudieron salir de las cabinas donde dormían. Muchos saltaron al río", describe un sobreviviente hospitalizado en el hospital de Barisal. Se trata del último de una serie de siniestros similares en esta zona ubicada en el delta del Ganges, donde se cruzan numerosos cursos fluviales.

Los expertos de este país del sur de Asia de 170 millones de habitantes responsabilizan de estos accidentes a la falta de mantenimiento, las escasas normas de seguridad y la sobrecarga.

En agosto, la colisión de un ferri con un buque de carga que transportaba arena causó al menos 21 muertos en un lago en el este del país. Este tipo de barcos navegan con gran parte de su casco sumergido y son poco visibles si las condiciones meteorológicas no son buenas.

El ferri que transportaba unos 60 pasajeros percutió contra el estrave de acero del buque de carga. Buzos submarinos tuvieron que buscar los cadáveres entre las aguas pantanosas del lago.

En abril y mayo hubo dos otros accidentes que mataron a 54 personas. Y en junio de 2020, al menos 32 fallecieron en una colisión entre dos ferris en Daca.

Uno de los desastres más graves ocurrió en febrero de 2015, con 78 decesos en el choque entre un ferri repleto de gente y un barco de carga.

Los incendios suelen ser fuente habitual de tragedias en el país. En julio, 52 personas murieron en un fuego en una fábrica de alimentación y bebida en Rupganj, un centro industrial en las afueras de Daca.

En febrero de 2019, al menos 70 personas perecieron cuando las llamas arrasaron un bloque de apartamentos en Daca donde se almacenaban ilegalmente productos químicos.

Un tribunal ruso impuso este viernes una multa récord de 7.200 millones de rublos (unos 98 millones de dólares) a Google por no haber eliminado contenidos "prohibidos", una nueva sanción en Rusia contra los gigantes del sector digital.

En un comunicado en su cuenta Telegram, el servicio de prensa de los tribunales de Moscú precisó que Google fue hallado culpable de "reincidencia", ya que el gigante estadounidense no eliminó de sus plataformas contenidos juzgados ilegales en Rusia.

Rusia sanciona habitualmente a grandes empresas digitales acusadas de no borrar contenidos que apología de las drogas, el suicidio y relacionadas con la oposición política.

En septiembre, poco antes de las elecciones legislativas, Moscú obligó a Apple y Google a retirar de sus tiendas virtuales en Rusia la aplicación del opositor Alexéi Navalni, que se encuentra en prisión, por "injerencia electoral".

Y les amenazaron con detener a sus trabajadores en Rusia si no cooperaban, según afirmaron fuentes internas de estas empresas.

También bloquearon varias páginas web ligadas a Navalni, ya que sus organizaciones fueron condenadas por "extremistas" por la justicia rusa.

En septiembre, el regulador de las telecomunicaciones rusas, Roskomnadzor, anunció una vez el bloqueo de seis programas informáticos de redes privadas virtuales (VPN), que permiten acceder a páginas prohibidas en Rusia.

Las autoridades rusas están desarrollando un sistema polémico de "internet soberano" que permitirá aislar la red rusa de los grandes servidores mundiales.

Oenegés y opositores temen que el Kremlin busque crear una red nacional bajo su control, como pasa en China, algo que el gobierno niega.

También están aumentando su presencia en las grandes empresas digitales rusas.

El grupo de tecnología VK, controladora por una filial del gigante de la energía Gazprom (y que creó la primera red social rusa "VKontakte"), anunció a mediados de diciembre el nombramiento como director general de Vladimir Kirienko, el hijo de un colaborador cercano de Vladimir Putin.

Avda. Mariscal López 2948 casi McArthur. Asunción, Paraguay

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