Conoce esta hermosa casa que utiliza el diseño y el arte para relucir

2022-09-17 12:25:44 By : Ms. vicky xu

Cuando se trató de concebir la hermosa casa de su propia familia, sorprendentemente la diseñadora de Los Ángeles Kate Driver empezó abandonando sus raíces estéticas. En septiembre de 2016, ella y su marido abandonaron espontáneamente su vida de inquilinos —y el viejo sueño de Driver de poseer una "casa antigua con carácter", no muy diferente de las casas de estilo georgiano de su Atlanta natal… para lanzarse de cabeza a ser propietarios una casa de nueva construcción sin alma arquitectónica real.

"Pero cuando la atravesamos, nos pareció que no era un lugar en el que hubiéramos estado antes, como un país de las maravillas tropical", dice Driver, fundadora del estudio de diseño de interiores West Haddon Hall, sobre los grandes ventanales de la casa y la proliferación de palmeras. "Así que esa noche nos sentimos realmente inspirados. Nos quedamos hasta las 3 de la mañana buscando en Google ‘cómo comprar una casa’ y al día siguiente hicimos una oferta".

A los ojos de un visionario menor, las grandes alturas de 7 metros y medio de la casa y los 420 metros cuadrados de suelos de cemento podrían haber resultado abrumadores para el mobiliario. Pero para Driver, quien por aquel entonces acababa de descubrir que estaba embarazada de su primer hijo, la hermosa casa no era más que un lienzo en blanco: "Me obsesioné con hacer que la casa pareciera haber estado aquí siempre", dice.

Introducir piezas vintage y antiguas fue la forma más fácil —pero no la única—: "Llevo mucho tiempo coleccionando piezas de diferentes épocas y diferentes partes del mundo", dice Driver, que admira desde hace tiempo el ecléctico caché del diseñador de moda romano Giambattista Valli, expuesto en su departamento de París de forma aparentemente improvisada.

"Aspiro a ese tipo de capas, ricas y con textura, pero muy personales", dice Driver. La sala de la casa de Driver es un pastiche mundano de objetos de colección antiguos y nuevos, que se manifiestan como un cuadro espontáneo y sinérgico. Un sofá de mediados de siglo de Fritz Hansen, cubierto de un exuberante terciopelo floral de Liberty, ofrece un nivel de decoro compensado por la graciosa geometría de la famosa lámpara Tahiti de Ettore Sottsass, una divertida interpretación posmoderna de un flamenco. En otros lugares, la gravedad de las mesas de centro gemelas de nogal de West Haddon Hall —similar al deseo de Driver de diseñar piezas que sean "anclajes distintivos y funcionales en la atmósfera visual"— se ve desafiada por los encantadores flecos de abuelita de una lámpara de pie antigua o el impactante cuadro cobalto de la grabadora estadounidense Denise Kupferschmidt. Ese cuadro, a su vez, procedente de la amiga de Driver, la asesora de arte Illa Gaunt, es un guiño a las formas sueltas de Henri Matisse.

La casa está en constante cambio, expandiéndose y contrayéndose con piezas y personas. Por ejemplo, los objetos más antiguos de la decoradora suelen irse a las residencias de los clientes cuando llegan nuevos hallazgos, como la mesa de centro con azulejos de Roger Capron en el dormitorio de invitados, o la jardinera de cemento de Willy Guhl en la entrada, procedentes de mercados mundiales como el Marché Paul Bert, el mercado de antigüedades favorito de Driver en París. Y cuando una legión de amigos viene a tomar un brunch con tacos, como hicieron recientemente para festejar el quinto cumpleaños de la hija mayor de Driver, a veces no se van hasta después de la cena. Según Driver, estos eventos accidentales que duran todo el día deben su duración y facilidad a la calidez y flexibilidad naturales de la casa.

"Me encanta diseñar espacios que resulten íntimos para un grupo grande, pero también vibrantes y llenos para un grupo más pequeño", dice Driver. El rellano de la planta superior se transformó en una íntima sala de estar, donde la diseñadora colocó un tapiz de Luis Montiel de los años 70 —un "arco iris retro", como lo llama Driver— en contraste con una alfombra de aguja con una paleta más seria. El comedor exterior, que acoge a la familia residente de 5 personas en los bancos de picnic de West Haddon Hall con la misma facilidad que acoge a 25 visitantes aficionados a los tacos, cuenta con calefacción y un follaje adecuado, anticipándose a la rara ocasión en que la perpetua balsamidad del sur de California —y la perenne palidez del jardín— no estén a la altura de las comidas al aire libre.

Resulta que el diseño de una casa que parece haber existido siempre es directamente proporcional al nivel de languidez que muestran los huéspedes, que no pueden pensar en un lugar más relajante para pasar todo el día: "Me encanta que ellos también se sientan como en casa", dice Driver.

Artículo publicado originalmente en AD US. Traducción y adaptación de Fernanda Toral.