Un rayo de luz atraviesa la penumbra del dormitorio trayendo las últimas novedades: será un día de playa. El eco de voces y el olor a café sugieren que ha llegado el momento. La ventana se abre y luego sí, el aire del mar despeja el letargo estival. "Diseñar una casa junto al mar nos llama a pensar en construir alineados con la naturaleza: aprovechar las vistas, acompañar las formas del terreno y hacerlas parte de la casa", dice el arquitecto Sol Galliano, responsable del proyecto junto con su colega, Lucia Rivolta.
Unir el entorno dunar y forestal de la Costa Esmeralda con una construcción capaz de acoger la vida familiar en vacaciones fue el reto que este dúo asumió y resolvió con una propuesta generosa en la concepción de sus ambientes (amplios, integrados y con capacidad para recibir la mayor cantidad de personas). personas como sea posible), pero modesto en su exhibición formal. El descubrimiento de un lote con vistas abiertas hacia el campo de golf completó esta idea con un trabajo que destaca por su pureza material.
"Los detalles constructivos fueron diseñados con la premisa de lograr un trabajo simple y puro con la mínima cantidad de elementos"
Todas las funciones sociales se despliegan en la planta baja en un único ambiente abierto al contrafrente a través de un gran cerramiento acristalado (Dot Aberturas). El piso de concreto alisado se revistió con una carpeta (Mihran). La casa se calienta con aires acondicionados. Se complementan con esta salamandra, que también agrega la dimensión ritual.
“La ventana circular se agregó en el sitio, a pedido del cliente, que también quería tener una vista en esa dirección. Así que decidimos intervenir en la fachada de otra manera, para que resultara un espacio de contemplación ”.
La vista aérea muestra la cocina parcialmente integrada, con un tabique revestido con madera reutilizada del encofrado de hormigón.
“El equipamiento interior es importante para cortar la uniformidad del hormigón. Alfombras, sillones y luminarias visten y también ayudan a mejorar la acústica ”
El sector social se extiende a una amplia explanada al final de la cual se encuentra el comedor junto a la parrilla de hierro. Alineado, el fregadero muy largo cubierto de azulejos blancos con junta negra.
El hormigón no solo da un aspecto moderno a la arquitectura, también es un material que garantiza nobleza, bajo mantenimiento y elegancia, cualidades clave en una construcción costera y de uso esporádico.
En vacaciones, más es más y las habitaciones de los chicos son para dormir. En este local se previó el mayor número de plazas posible: dos habitaciones infantiles con seis camas diseñadas de forma que no bloqueen el espacio.
Las dos suites ocupan los extremos, mientras que los dormitorios de los niños se ubicaron en el medio con la intención de poder albergar a dos familias simultáneamente ya que, además de disfrutarlo, sus dueños también alquilan la casa a través de Experience Costa.
Para vestir la suite, optaron por una paleta de blancos y grises brillantes tanto en la ropa de cama como en las cortinas.
"A diferencia de las habitaciones para los niños, las dos suites fueron diseñadas como espacios de relajación y privacidad para los adultos"
"Nos propusimos crear una casa de vigilancia"
Copyright 2021 SA LA NACION | Reservados todos los derechos
Descarga la aplicación de LA NACION. Es rápido y ligero.
¿Quieres recibir notificaciones de alerta?
Ha occurido un error de conexión