/ jueves 18 de agosto de 2022
Fernando Solís | El Sol de Toluca
Desde hace 28 años las calles del centro de Santa Clara Coatitla, en Ecatepec, se engalanan con monumentales y coloridas alfombras de aserrín pintado para conmemorar a su santa patrona: la Virgen de Santa Clara de Asís.
María Eugenia, con más 50 años de residir en esta comunidad, relató que la creación de los tapetes es una tradición que ha pasado de generación en generación desde hace 28 años.
Explicó que la elaboración de estas hermosas piezas multicolores está llena de creatividad y paciencia; pero sobre todo de fe y amor hacia la Virgen, ya que a los artesanos les lleva en promedio de 9 hasta 12 horas continuas de trabajo, dependiendo del diseño, pues para cubrir 200 metros de calle ocupan de 25 a 30 costales de aserrín.
Los diseños abordan varios temas, incluido el de la Virgen, pero también de alebrijes, arte huichol, flores, aves, perros y hasta dragones, entre otros, que año con año varían y van siendo superados.
Su elaboración comienza el primer lunes después de la fiesta patronal que se celebra el 12 de agosto y cubren una superficie de 5 kilómetros por donde el domingo 27 de agosto la imagen de la patrona del lugar es llevada en procesión.
En el pueblo de Santa Clara Coatitla viven alrededor de 12 mil 500 personas. Se trata de uno de los nueve pueblos originarios del municipio de Ecatepec que con alrededor de 1.6 millones de habitantes está considerado como el más poblado del Estado de México y del país.
Entre los casi 3 mil artesanos se encuentran ingenieros, diseñadores gráficos, amas de casa y devotos con distintas profesiones y oficios. Muchos acuden desde distintos estados de la República Mexicana y su fe los convoca para regresar año con año.
“No hay que ir tan lejos, estamos dentro de la mancha urbana y tu creerías que para admirar este tipo de trabajos, estas creaciones tan hermosas debes viajar muchas horas a otro estado de la República a Tlaxcala donde se originó esta tradición, pero no, esto es Ecatepec esta tradición tan bella que le da valor y tradición”, dijo Juan Manuel, originario de Coacalco quien junto a su familia acudió a admirar los tapetes.
Por supuesto, el ingeniero Gilberto Enz describió la elaboración de los tapetes como "La fiesta de los colores”, una expresión efímera de la que se distingue de la "noche que nadie duerme" de Huamantla, en Tlaxcala, que desde hace 28 años es llevada a cabo en el pueblo de Santa Clara Coatitla, y es una tradición de gran arraigo durante la fiesta patronal.
Explicó que tiene origen en la migración de gente que llegó a Santa Clara provenientes de Puebla y Tlaxcala durante los años setenta, los cuales impactaron fuertemente el escenario tradicional de las fiestas patronales, elaborando las primeras alfombras y tapetes en el centro de la plaza de manera ininterrumpida hasta el 87.
“Lamentablemente la apatía, la poca apreciación y la casi nula participación de gente del pueblo, hizo que se dejará de lado está costumbre generada por los migrantes. Para el año 89 con la terminación del año Mariano, se hizo una procesión por el pueblo, dónde salió una imagen de la Virgen Maria y la patrona del pueblo a recorrer las calles, situación que motivó a los pobladores del barrio del panteón a elaborar el primer tapete hecho por los nativos, que fue de alfalfa”.
“Para los siguientes años y ya con una organización se hicieron los primeros tapetes por las calles y desde ese día se han unido año tras año más calles, más ideas, más formas, dónde algunos representan su realidad, casos como el Covid o simplemente ofrecer un regalo a la patrona del pueblo”, concluyó.
Desde hace 28 años las calles del centro de Santa Clara Coatitla, en Ecatepec, se engalanan con monumentales y coloridas alfombras de aserrín pintado para conmemorar a su santa patrona: la Virgen de Santa Clara de Asís.
María Eugenia, con más 50 años de residir en esta comunidad, relató que la creación de los tapetes es una tradición que ha pasado de generación en generación desde hace 28 años.
Explicó que la elaboración de estas hermosas piezas multicolores está llena de creatividad y paciencia; pero sobre todo de fe y amor hacia la Virgen, ya que a los artesanos les lleva en promedio de 9 hasta 12 horas continuas de trabajo, dependiendo del diseño, pues para cubrir 200 metros de calle ocupan de 25 a 30 costales de aserrín.
Los diseños abordan varios temas, incluido el de la Virgen, pero también de alebrijes, arte huichol, flores, aves, perros y hasta dragones, entre otros, que año con año varían y van siendo superados.
Su elaboración comienza el primer lunes después de la fiesta patronal que se celebra el 12 de agosto y cubren una superficie de 5 kilómetros por donde el domingo 27 de agosto la imagen de la patrona del lugar es llevada en procesión.
En el pueblo de Santa Clara Coatitla viven alrededor de 12 mil 500 personas. Se trata de uno de los nueve pueblos originarios del municipio de Ecatepec que con alrededor de 1.6 millones de habitantes está considerado como el más poblado del Estado de México y del país.
Entre los casi 3 mil artesanos se encuentran ingenieros, diseñadores gráficos, amas de casa y devotos con distintas profesiones y oficios. Muchos acuden desde distintos estados de la República Mexicana y su fe los convoca para regresar año con año.
“No hay que ir tan lejos, estamos dentro de la mancha urbana y tu creerías que para admirar este tipo de trabajos, estas creaciones tan hermosas debes viajar muchas horas a otro estado de la República a Tlaxcala donde se originó esta tradición, pero no, esto es Ecatepec esta tradición tan bella que le da valor y tradición”, dijo Juan Manuel, originario de Coacalco quien junto a su familia acudió a admirar los tapetes.
Por supuesto, el ingeniero Gilberto Enz describió la elaboración de los tapetes como "La fiesta de los colores”, una expresión efímera de la que se distingue de la "noche que nadie duerme" de Huamantla, en Tlaxcala, que desde hace 28 años es llevada a cabo en el pueblo de Santa Clara Coatitla, y es una tradición de gran arraigo durante la fiesta patronal.
Explicó que tiene origen en la migración de gente que llegó a Santa Clara provenientes de Puebla y Tlaxcala durante los años setenta, los cuales impactaron fuertemente el escenario tradicional de las fiestas patronales, elaborando las primeras alfombras y tapetes en el centro de la plaza de manera ininterrumpida hasta el 87.
“Lamentablemente la apatía, la poca apreciación y la casi nula participación de gente del pueblo, hizo que se dejará de lado está costumbre generada por los migrantes. Para el año 89 con la terminación del año Mariano, se hizo una procesión por el pueblo, dónde salió una imagen de la Virgen Maria y la patrona del pueblo a recorrer las calles, situación que motivó a los pobladores del barrio del panteón a elaborar el primer tapete hecho por los nativos, que fue de alfalfa”.
“Para los siguientes años y ya con una organización se hicieron los primeros tapetes por las calles y desde ese día se han unido año tras año más calles, más ideas, más formas, dónde algunos representan su realidad, casos como el Covid o simplemente ofrecer un regalo a la patrona del pueblo”, concluyó.
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