Kiev - Diario Judío México

2022-08-20 14:08:05 By : Ms. Anbby Zhang

Entender la implicancia de las pretensiones territoriales en Ucrania por parte de Rusia, implicaría aceptar la importancia de los diferentes Kanatos que ocuparon esa zona geográfica, en especial en el Mar Negro y Caspio, actuales territorios de Hungría, Rumania, Moldavia, Bulgaria, Ucrania, Macedonia, Georgia, Azerbaiyán y el sur de Rusia.

Los Kanatos, de origen mongol o Turco Mongol, fueron los Avaros (Bulgaria), Jázaros o Khazaros (Mar Caspio, Mar Negro, territorios de la actual Ucrania, Hungría, Bulgaria, Azerbaiyán, Kazajistán), Crimea, Bulgaria del Volga, Cumanos (Hungría siglo XIV) y se fueron extendiendo desde Siberia hasta China inclusive y en diferentes etapas históricas, algunas hasta el siglo XVIII (1783)

Estos Kanatos son la base de la denominada Rus (Zona del Rus) y, allí tuvo una vital injerencia el “Kanato Jázaro, que contaba con un sistema estatal desarrollado (era el único Estado organizado de aquella región de Europa del este entre 567 y 965)”[1], es decir, que la estructura larvaria del estado en estos reinos o monarquías, en especial el Jázaro: perduraron desde el siglo VI (año 550).

Sobre estos Kanatos, como ser el Jázaro, se puede afirmar que además de sus virtudes en la guerra, que los llevó a ser aliados de Bizancio y de los turcos[2], impidiendo el ingreso de grupos islámicos, persas y hunos en Europa. Llegando a ser el centro comercial de Europa, importando y exportando el comercio entre ésta y Asia, a través del Rio Volga, Mar Caspio (también llamado Mar Jázaro) y el Mar Negro.

Su estructura estatal era inusual, existía un jefe militar separado de la realeza y un poder judicial independiente[3]. Practicaron la tolerancia religiosa y racial siendo un polo de atracción para perseguidos de todo tipo, en especial de la propia Bizancio, como ser los judíos de Crimea y del Mediterráneo, islámicos de territorios aledaños, cristianos, todo tipo de religiones locales.

“Los Khazares jugaron un papel central en las más importantes guerras de la región del Cáucaso. Primero, a principios del siglo VII, se unieron con turcos y bizantinos para derrotar al estado persa. Entonces, en los siglos VII y VIII, defendieron la frontera del sudeste de Europa de la invasión árabe, permitiendo indirectamente a la cristiandad sobrevivir en Bizancio y subsecuentemente crecer en Ucrania. Como una de las autoridades principales en los Khazares, el profesor Peter Golden de la Universidad de Rutgers, escribió en su libro Khazar Studies: “A cada escolar en el mundo occidental se le ha dicho que, si no fuera por Carlos Martel y su victoria en la batalla de Poitiers, hubiera podido encontrarse ahora una mezquita en el lugar en que está erigida actualmente la catedral de Notre Dame. De lo que pocos escolares son conscientes es que si no fuera por los Khazares… Europa Oriental bien podría haberse convertido en una provincia del islam”. El periodo de paz que vivieron las estepas europeas orientales ha sido nombrado como la “la paz khazara” desde que los Khazares permitieron a varias tribus, como los eslavos, extender sus asentamientos y comprometerse en actividades productivas, libres de la amenaza de guerra y de disputas”[4].

Como lo afirma el escaso material histórico indubitado (y, a veces poco objetivo), este tipo de pueblos mongoles pasó por su estructura social y política por una experiencia de alto intercambio social, una gran mixturación de diferentes grupos étnicos y religiosos propio de una sociedad abierta, tal y como la conocemos actualmente pero inusual para la baja edad media. Primero se unieron con turcos (de ahí el nombre de “turco-mongol”), su permanente vinculación con pueblos vecinos, su constante expansión territorial y su enorme influencia comercial le valió una tolerancia étnica y religiosa de uniones mixtas.

Muchos judíos excluidos y perseguidos en toda Europa, Bizancio y emigrados directamente del mediterráneo llegaron a vivir bajo el tutelaje de los Jázaros.

El vínculo entre la riqueza, el comercio sumado a la expansión territorial se unió en el imaginario con uno de sus componentes sociales: sus judíos generando resistencia entre poblaciones vecinas más marginadas. Los relatos que llevaron a la creación de los eventos, fruto de afirmaciones falsas y de posteriores inducciones se fueron convirtiendo en una especie de “Bestseller[5]” del antisemitismo interno y externo de esta nación.

El notable país de los Khazares entró por primera vez en la órbita judía primero cuando les permitió establecerse en su tierra, libres de persecución. Refugiados judíos de Bizancio, Persia, Mesopotamia, y otras regiones del mundo antiguo inundaron al reino de Khazaria desde el siglo VIII hasta el siglo X, trayendo con ellos la alfabetización hebrea, el amor por Israel, la religión judía, y la habilidad tecnológica. El Documento de Cambridge, traducido por Norman Golb en su co-autoriado libro Khazarian Hebrew Documents of the Tenth Century (Los Documentos Hebreos Khazares del Siglo Décimo), instituyó que los judíos armenios inmigrantes “establecieron matrimonio con los habitantes de esa tierra, entremezclándose con los gentiles, aprendieron sus prácticas, y salieron continuamente con ellos a la guerra; [y] ellos [los judíos del Medio Oriente y los Khazares] se volvieron un pueblo….”, y, si bien, existen afirmaciones sobre la posible conversión de este pueblo a la religión judía y, a la adopción del idioma hebreo como oficial, pero con un idioma cirílico, similar a los idiomas Eslavos y, en especial al Ruso, lo cierto es que tal dato carece por completo de interés para el objetivo de esta columna, ya que implica adentrarse a una discusión donde opera más la xenofobia que la razón.

El dato es que muchos asentamientos de origen judío se establecieron en el extenso y próspero territorio del Kanato Jázaro, que iba desde la actual Ucrania y hasta el Mar Caspio, más existe discrepancias, más ideológicas que históricas, sobre la posible conversión de la realeza y de parte de su oficialismo, a la religión judía.

Esta discrepancia tiene dos vertientes.

La primera por parte de sectores del judaísmo, sustancialmente ortodoxo, que tienden a identificarlo con un determinado origen étnico, emparentado a las 12 tribus que se vinculan a la dinastía de Abraham, Isaac y Jacob, y;

La segunda, de origen político, antisionistas, presente tanto en sectores populistas de derecha como de izquierda marxista, como también en sectores ortodoxos del propio judaísmo.

El primer punto, pone el énfasis en la inexistencia de una décimo tercera tribu, afirmación formulada por el influyente libro de Arthur Koestler y tomada para la misma negación de la levítica histórica judía, afirmada en panfletos antisemitas y, en el libro “La invención del pueblo judío” del catedrático e historiador Shlomo Sand (2008)[6].

Esta tesis, la genética, sostiene que:

Por tanto, a + b+ c: “El pueblo judío existe, si y solo si, cada uno de sus miembros (membresía) descienden de Abraham, Isaac y, en especial Jacob”

De allí surgen, las demás derivadas.

Para esta tesis, la presunción de la verdad sobre los 12 hijos de Jacob implica necesariamente, un lugar de origen, una condición de pertenencia y, por tanto, genética, que es lo mismo que decir: racial.

Estas tesis, rebaten la importancia y trascendencia del Kanato Jázaro, ya que su negación garantiza eliminar la discusión sobre su posible conversión a la religión judía.

Pero a la vez, estas tesis aportan material suficiente a todo el espectro antisemita, incluido aquel que dentro del propio judaísmo sostienen los ultraortodoxos y ortodoxos en contra de los movimientos Masortí[7] y algunos reformistas.

De este modo, si la membresía al pueblo de Israel es puramente genética y, por tanto, racial, excluye cualquier posibilidad que un estado judío haya existido fuera de los reinos de Israel, Judea y el actual Estado de Israel. La sola idea de la conversión masiva de una parte de una sociedad a la religión es incompatible con esta visión.

La cuestión puede ir, aun, un poco más allá aun: nadie que priorice la noción de estado por sobre la de nación, puede llamarse legítimamente judío, ya que la segunda proviene del origen: la estirpe de Abraham, Isaac y Jacob, es decir de la vertiente genética, mientras que la primera, es política.

Para la tesis genética, la conversión de cualquier persona, grupo étnico o de un estado completo[8], a la religión judía, es un despropósito y, por tanto, si existió fue nula, a punto tal que son capaces de justificar un holocausto completo, tal y como sucedió de hecho en la primera (Armenia) y en la segunda (Shoa) guerra mundial sobre presuntos descendientes de estos conversos.

A la posición genética, se le contrapone, otra vertiente: La política.

Aquí la idea es atacar al movimiento sionista político, que según sus detractores proviene de una vertiente Jázara, de tal modo de afirmar que éste es el resultado de judíos asquenazíes, como su propio líder:  Theodor Herzl[9] y solventada por la familia de banqueros Rothschild[10].

La vertiente política, sostiene, a diferencia de la genética, que el colectivo judío debe dividirse en dos partes, por un lado, los sionistas no son judíos, ni tienen un vínculo cultural común con el resto, provienen del Cáucaso y muchas de sus prácticas descienden de diferentes fuentes comunes con esa cultura, representan a los creadores del capitalismo.

La visión política, también está representada, con una suerte de discurso emotivo, por el líder ultra ortodoxo Yosef Tzvi Ben Porat[11], quien da su versión acerca del motivo del odio que profesaba Hitler para con los judíos o, desde la izquierda latinoamericana, que toma de las ideologías Chinas y de la ex URSS, la idea judeo-fóbica acerca de que Jázaros=Asquenazíes=Capitalismo son los responsables de ideas liberales acerca de la voluntad individual y detractores de la idea de la justicia social y lo colectivo.

La sola idea del judío reformista, asimilasionista o conservador Masortí exaspera tanto a los antisemitas de izquierda o fascistas, como a los propios ortodoxos o ultraortodoxos.

Un caso especial fue la animadversión soviética, proveniente del odio que los cosacos demostraron en contra de las locaciones judías. Aquí la cuestión nunca fue genética, sino en la misma condición del sujeto, que encuentra en la idea de libertad, prioridad nacional y autonomía de la libertad un elemento desconcertante, ya que la propia visión del larvario estado Jázaro fue de expansión territorial, económica, basado en la misma idea de tolerancia y división de poderes, era completamente incompatible el salvajismo demostrado por esas tribus eslavas (cosacos).

La izquierda populista latinoamericana, proveniente del peronismo y similares en la Argentina, como de partidos; “Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS–IPSP) en Bolivia; Movimiento Fuerza Compromiso Social (actualmente llamado  Movimiento Revolución Ciudadana) del presidente Rafael Correa; el inefable APRA y el actual Perú Libre en Perú; Partido de la Revolución Democrática (denominación actual de un conjunto de partidos similares); en México; en Brasil, tanto los gobiernos de Da Silva, como Rousseff y el actual presidente Bolsonaro, son populismos de izquierda y derecha, el primero con tintes “israelfóbicos” y, por tanto, según mi visión antisemitas. En Venezuela, el Chavismo en sus dos versiones que incluyen a la del actual presidente Maduro, al igual que en Colombia las Farc hacen del “antiisraelismo” una visión actualizada fóbica que sustenta su propio sustento ideológico.

El “antiisraelismo” o, la “israelfobia”, derivados de la fobia fascista (nacional socialismo alemán –nazi-, como del fascismo italiano, español, francés, holandés, o de antisemitismo ruso y soviético y, del peronismo argentino) son una nueva visión del antiguo antisemitismo, versión fóbica hacia el judío y sus posibles fuentes, entre otras, la negada Jazaria.

La cuestión sobre, si existió o no un estado judío posterior a los de Israel y Judea[12] y anterior al actual Israel, resulta ser muy distinta, de acuerdo con el modo y forma en que se busque la identidad del judaísmo.

Para la versión genética, primero debería haber un test o paneo analítico y verificar si existe algún vestigio semítico en cada individuo. Esta versión, no es compatible con datos históricos concretos, ya que no existe la más mínima prueba de la existencia de las 12 Tribus de Israel ni de su origen racial. Para esta línea no habría relación entre la conversión al judaísmo de una parte importante del oficialismo desde el Kaghan Bulán y hasta José, un largo período de adaptación de religiones politeístas a una monoteísta extrema.

En el fondo, la versión genética parte de letras no validadas con un método histórico, sino de “algunas” –muy mañosas- letras religiosas.

El método de la religión es la fe y, la hermenéutica de sus libros.

Muy a diferencia del método político del Profesor Sand[13], parte de varias afirmaciones que vistas, históricamente, son coherentes:

Si las conclusiones a las que llega Sand fueran el resultado de investigaciones históricas y de estudios sociológicos, sin lugar a duda, serían más defendibles que sus intenciones políticas.

Como reformista, niega la vertiente genética, pero arriba a las mismas conclusiones que ella, lo que es inadmisible: los únicos judíos reales son aquellos que quedaron en Canaán y que fueron convertidos al islam coactivamente, mientras que los otros no lo serían y, por ello concluye: de que él no lo es. Por tanto, el sionismo, al no ser judío es un movimiento expansionista de un grupo económico.

Pero Sand, es un operador político, un emergente de una de las virtudes más extraordinarias de aquello que critica, la democracia, multiculturalismo y tolerancia de Israel, aquel lugar resurgente de grupos de interés que nunca fueron judíos.

La historia busca la recreación de hechos que son, por sí mismos irreproducibles. Por tanto, su única reconstrucción podrá ser con fuentes indirectas, a-valorativas, aunque se admite también directas (testimonios, periodismo o literatura). Hay muchos hechos, cada vida de cada humano, es el resultante de la suma de ellos, pero no todos los hechos son parte de la historia.

      La historia, cuando logra agrupar una serie de hechos, recortados y clasificados, casi arbitrariamente, arriba a un suceso que estudiar, ya que éste, es una suma de hechos coincidentes o, que conforman una evolución (ello dependerá del tipo de método que utilice).

El recorte de esos hechos, para convertirlos en sucesos, deben ser independientes, novativos de la cultura humana, con relevancia o, bien, ser la creación de un relato que conforme eventos creadores sociales.

La aproximada recreación del pasado, si puede ser simbolizada en el presente, estamos, según los historiadores, en una relación histórica validada, ya que el presente se explica por él. Esta suerte de ley universal, puede ser además un evento histórico, es decir, un conjunto de signos y símbolos que explican una cultura.

Del evento casi no queda vestigio del hecho, este es casi intrascendente, su explicación está en el presente, si explica la realidad es porque presuponemos que ese hecho existió.

En este contexto, ninguna de las dos vertientes (genética y política) hacen un modelo histórico válido: las historias relativas a este kaganato, que se evidencian por pruebas indirectas, no se explican ni se simbolizan en el presente.

La corriente genética, es incongruente con la hermenéutica de la propia palabra, ya que la simboliza de acuerdo con su visión ideológica. Por un lado informa que la condición de judío se obtiene necesariamente por su origen genético, de allí extrapola que, si un imperio, como aparente ser Jazaria, se convirtió al judaísmo o, entiende que su oficialismo tiene su origen en una de las líneas de presuntas 12 tribus, entonces, toda esa construcción es falsa, ya que deben probar que provienen de una estirpe, que ahora, se acredita, con la inefable prueba genética, por tanto todo el proceso de conversión que se inició entre los Kaganes Bulán y José es nulo y nunca sucedió.

Siguiendo toda esta lógica, creo que la visión del Profesor Sand tiende a ser verdadera, ya que nadie tendría ese test de origen, salvo aquellos Palestinos que son herederos de los habitantes que siendo judíos se quedaron en Canaán después de la destrucción del templo, el resto, son el producto de la exportación de la franquicia judaísmo, de la cual se sirvieron pueblos enteros.

De hecho, si bien no puedo afirmarlo, muchas sectas ortodoxas, tanto sefaradís como asquenazíes no cumplen con la condición genética.

Tal situación está claramente estipulada en la propia Tanaj (lo que se entiende por los cinco libros del viejo testamento), la interacción entre el hombre judío representado en Abraham y las heroínas judías portadores del gen, no siempre fue pura, de hecho, su vínculo con madianitas[14], con la religión egipcia del Dios Sol (on) con la estirpe de José[15], Salomón hijo de Betsabé y David, la de este último: bisnieto de Rut[16], madre de Obed. Es decir, la base propia de la corriente genética no se sustenta desde el punto de vista religioso ni científico.

La estirpe de Sara, esposa de Abraham, siguiendo el relato bíblico, es incongruente con el material aportado, no se puede comprender el motivo por el cual, la media hermana de aquel, hija de un politeísta y criada en ese marco, haya optado, antes de su casamiento, una fe diferente a la de su cultura.

En definitiva, la estirpe genética no existe en la palabra, tal y como la pretende esa vertiente. Si bien, la fe es el único modo de acercase a la validación del material, la hermenéutica imprime ciertos niveles sistémicos de apreciación y, la incongruencia entre una afirmación y la otra no se sostiene, salvo en un ámbito sectario, con líderes fuertes y un rebaño que a ciegas sigue la prédica, bajo pena de expulsión.

La vertiente política, comete con el material validado, como es la existencia de Jazaria y, su casi probada conversión del oficialismo a la religión judía, una falacia, que destruye lo poco de científico que puede aportar la historia. Entender que la falta de certificación de los pueblos que se identificaron con una religión y crearon una nación es un rasgo distintivo, generalmente utilizado para justificar falta de membresía.

Hipostasear[17], es una práctica común en el ejercicio profesional, acordarles a los procesos un elemento alternativo que no posee para darle un simbolismo determinado, es un defecto.

En primer lugar, un proceso histórico x, pudo tener algún tipo de efecto en otros años posteriores, más el presente puede –aunque no necesariamente tiene- que derivar de ello. Por ejemplo:

los Jázaros no son judíos, su origen es turco-mongol

(k ∧ -J ∧ TM) → TM ∧ -J

Los Jázaros son sionistas y no judíos

(K ∧ S) → S ∧  -J → Is ∧ -S ∨ j

 Por tanto, si todos los Jázaros (k) no son judíos (J), y son Sionistas (S), Israel (Is) no es judía (-J) o, no sionista y judía.

La cuestión es contra-fáctica, ya que Israel es un estado democrático y judío y, fueron los sionistas del norte de Europa quienes contribuyeron decisivamente en su creación y gobierno.

La hipostasis del Profesor Sand, es o bien, Israel no tiene derecho de existir debido a que quienes introducen la noción de “nación-estado” fueron Jázaros y, por tanto, producto de la “judeidad” y no de judíos.

O bien, las razones de la existencia del Estado de Israel compuesto por las dos únicas ramas existentes del judaísmo, a saber, Sefaradís o Asquenazis, son diferentes a las que esgrime.

La idea de incorporar la propiedad del ser judío es la hipostasis de Sand y, a la vez de la posición genética[18].

EFECTOS DEL PENSAMIENTO GENÉTICO e HIPOSTÁTICO: KIEV

Si bien es literatura, “Los Jázaros”, es una novela entretenida, de ficción histórica, pero con una gran investigación de tal a las que nos tiene acostumbrados Halter[19]:

“Un gran reino que abarcaba desde el Mar Caspio hasta el mar Negro y Kiev. ¡Una extensión enorme! Ya hace mucho tiempo de eso. Hace más de mil años… “(pág. 33)

“—Yo todo lo que sé es que esos jázaros viven en tiendas de campaña, van a caballo y no cesan de guerrear contra los bárbaros del norte, llamados rusos”. (pág. 52)

“— ¿No es extraordinario que no consigamos saber de dónde viene nuestra propia lengua, el tath?          —exclamó—. ¿Del persa, del turco, del Jázaro, que sea una mezcla de todo? Piensen en   la palabra Kiev. En tath significa «a orillas del agua».

—En Jázaro también— dijo divertido Sofer, entrando en el juego—.

Kiev significa «a orillas del agua», pero en dos palabras: Ki-ev. (pág. 145).

Pero entonces, ¿el nombre de la ciudad es de origen jázaro o ruso? —Puede que tenga un origen doble, dada la influencia de los Jázaros en la región. No olviden que Kiev fue fundada por los Jázaros y no por los rusos, quienes la conquistaron un siglo más tarde. (pág. 146)”[20]     

“Los rusos de Kiev, por su parte, sólo tienen una idea en la cabeza: invadir el reino Jázaro. “Y acabar con el jagán que fue su señor y cuyos antepasados construyeron su capital. Es como si estuvieran obsesionados con hacernos desaparecer y convertirse en los primeros hombres nacidos en la Tierra”, (pág. 229.)

            La invasión cosaca de Kiev, una de las principales ciudades de Jazaria fue el principio del fin del Kaganato, en el año 953 de la nueva era. Derrocado el Kagan, con el fin  de controlar el Mar Negro y Caspio y toda la ruta de la seda, Rusia comienza su expansión de terror.

            De allí en más, las pretensiones de la Rusia Imperial de los Zares, incluía dentro de la Rus a la actual Ucrania de Kiev.

            Con la revolución de 1917, Stalin separa a Ucrania y Kiev de Rusia, atendiendo a diferencias cruciales entre ambas culturas.

            Caída la Unión Soviética, la pretensión de Rusia es coartar todo tipo de posibilidad de desarrollo que implique necesariamente la autonomía en el manejo de los puertos del Mar Negro, Crimea, Georgia y poner un colchón entre Ucrania y su lápida de haber apoyado a la Alemania Nacionalsocialista que la protegería de los cosacos.

            La situación no cambió, al mutar Ucrania a un régimen real democrático, desterrado los gobiernos populistas pro rusos y, por qué no, pro Putín.

Pero como pasó en los Balcanes, las viejas rencillas volvieron y Ucrania mutó para Europa y pretendió ser un miembro de su mercado común y de la OTAN.

 Apoyado por sus aliados, ante la opacidad de algunas naciones centrales como ser China (otra dictadura), con una Europa presionada por los EE. UU. e Inglaterra para apoyar la occidentalización de Ucrania, un punto neurálgico en la historia de Rusia, capaz de borrar civilizaciones enteras con tal de reforzar un dominio que no tuvo en su origen sobre KIEV, estalló una tormenta perfecta.

El mundo otra vez en la disyuntiva de elegir entre vencedores y vencidos, el mito del ejército que derrotó al bloque más poderoso para entonces: el del eje nacionalsocialista y fascista con sus aliados en todo el mundo.

El mundo, países e individuos que apoyan a unos y a otros sin mucho control y, probando la gran falacia, Rusia aduce sus razones para el permanente ataque de Ucrania y el Control del Mar Negro, pero tiene su pasado, que comienza en el siglo VIII, cuando un estado próspero con un proyecto de división de poderes fue literalmente barrido bajo la alfombra, destruido sus ciudades y arrasado con toda su población.

El odio que los cosacos demostraron sobre los judíos de toda Europa del Este, los montañeses del sur de Asia menor, los de Crimea, Transilvania, Alemania, Polonia, Lituania, Estonia, Letonia, Hungría, Ucrania, Moldavia, Rumania, Armenia y, los propios de la Rus, fue una saga de más de 1000 años de persecución y asesinatos, que sumadas a las matanzas de la peste negra del siglo XIII y XV, se transforma en la mayor racial hasta la segunda guerra mundial.

Esos millones de personas, que nacieron u optaron por generaciones ser judíos y dar su visión de la cultura religiosa, cultural y nacional, siguen siendo objeto, directo por las vertientes genéticas e históricas, mundo árabe y  Ruso, junto con los aliados de siempre: Argentina con el peronismo montonero que actualmente la gobierna, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua, Cuba, los actuales regímenes del Salvador, México, el PT de Brasil, la izquierda peruana, los guerrilleros Colombianos y los regímenes populistas de España, Italia, Hungría, Rumania, Polonia, Turquía, etc., no dejan superar este largo y detenido proceso dialéctico.

Hoy más que nunca, quizás la historia de Jazaria debe ser desempolvada, sean cuales fueran sus consecuencias, explicar la actual situación del mundo en el conflicto europeo entre Ucrania y Rusia.

[1] Campos Méndez, Israel, Cervera Obregón, Marco Antonio, Constanze Lima, Leandro, Corrente, Paola, D’amico, Mara S., Estigarribia, Juan Vicente, Garza-Díaz Barriga, Andrea, Gestoso Singer, Graciela, Aruf, Pablo, Kifer, Katherine, Sanz-Rincón, Rosaura, Teixeira-Bastos, Marcio, Toro Icaza, Benjamín, Zapata- Meza, Marcela¸ Coordinador: Roberto “Sociedades antiguas del Creciente fértil: vol3 tomo1: territorios, memorias e identidades culturales /Roberto Rodríguez. – 1a ed. – Buenos Aires: Remitente Patagonia, 2021 “Historia de Hungría”, ISBN: 978-963-06-4190-6, Pág 17

[2] “…a mediados de ese siglo, el imperio en expansión de los árabes había penetrado tan al norte como el norte del Cáucaso, y desde entonces hasta mediados del siglo VIII, los Jázaros se involucraron en una serie de guerras con el imperio árabe. Los árabes obligaron inicialmente a los Jázaros a abandonar Derbent (661), pero alrededor de 685 los Jázaros contraatacaron, penetrando hacia el sur del Cáucaso en lo que hoy es Georgia, Armenia y Azerbaiyán .. Los Jázaros y los árabes lucharon entre sí directamente en Armenia en la década de 720 y, aunque la victoria pasó repetidamente de un lado al otro, los contraataques árabes finalmente obligaron a los Jázaros a retirarse permanentemente al norte del Cáucaso. Sin embargo, las victorias iniciales de los Jázaros fueron importantes, ya que tuvieron el efecto de bloquear permanentemente la expansión árabe hacia el norte de Europa oriental. Habiéndose visto obligados a desplazar el centro de su imperio hacia el norte, los Jázaros después de 737 establecieron su capital en Itil (ubicada cerca de la desembocadura del río Volga) y aceptaron las montañas del Cáucaso como su límite sur. (británica, T. Editores de la Enciclopedia. “Jázaro”. Enciclopedia Británica, fecha no válida. https://www.britannica.com/topic/Khazar. https://www-britannica-com.translate.goog/topic/Khazar)

[3] “En la ciudad capital, los Khazares establecieron una corte suprema compuesta de 7 miembros y cada religión principal (Cristiandad, islam, judaísmo, y el paganismo eslavo) estaba representado en este panel judicial. Los Khazares patrocinaron la tolerancia religiosa en un tiempo en que los países circundantes persiguieron a los que se negaban a seguir la fe de los gobernantes” Alan Brook, Kevin, Los Khazares*: un experimento europeo de construcción de un estado judío, http://www.khazaria.com/espanol/jazaros1.html

[4] Brook, Kevin Alan: Los Khazares*: un experimento europeo de construcción de un estado judío (http://www.khazaria.com/espanol/jazaros1.html); Té Origins of East European Jews, editorial Rowman & Littlefield 2018.

[6] Edición castellana 2011 editorial Akal.

[7] Se trata del movimiento Conservador. Este movimiento es uno de los tres que existe en el judaísmo, los otros dos son los movimientos Reformistas y, en el polo opuesto, el ortodoxo y ultraortodoxo. Este movimiento conservador, se formó desde el siglo XIX (19) en Europa, en el seno de la comunidad askenazí y como una modificación o morigeración al movimiento reformista o liberal y, al ortodoxo. El judaísmo Conservador y, en Reformista, rechazan la idea de secta que propone el ortodoxo, pero a diferencia del liberal o reformista, se coloca como una interpretación de la palabra o La Tora diferente a estos. El conservador es modo de judaísmo religioso, mientras que el liberal es más proclive a colocar al judío por sobre el judaísmo como religión. El sionismo fue impulsado por el conservadurismo, como un estado judío, tolerante, democrático y un lugar para todas las culturas. Los movimientos ortodoxos, encontraron en el conservadurismo un enemigo, mientras que al reformista como asimilacionistas. Tanto el liberal como el conservador, acepta la total y completa igualdad entre el hombre y la mujer, el compromiso con el Estado de Israel, la posibilidad de las conversiones, tolerancia con hijos de matrimonios mixtos, la tolerancia y la decisión democrática.

[8] Koestler, Arthur; La Decimotercera Tribu: el Imperio Khazar y su herencia o El Imperio Jázaro y su herencia 1976, obra traducida al español, profundiza sobre la influencia del imperio Khazaro o Jázaro, aliados de Bizancio (Imperio Romano de Oriente), tuvo una influencia superlativa, en los actuales países como Armenia, Azerbaiyán, Ucrania, Hungría, Rumania –

[9] Creador del Sionismo como movimiento político y autor en 1896 del opúsculo “El Estado judío”.

[10] https://www.bbc.com/mundo/noticias/2012/06/120531_economia_rothschild_rockefeller_tsb

[11] https://archive.org/details/rabino-yosef-tzvi-ben-porat-por-que-hitler-odiaba-a-los-judios; https://diariojudio.com/opinion/antisemitismo/una-historia-vinculada-al-antisemitismo/285400/

[12] Las pocas fuentes históricas dan cuenta de la división en dos estructuras diferentes, dos reinados autónomos con visiones distintas se formaron después de la muerte de Salomón, quien podría haber mantenido el único momento de gobierno único.

[13] Sand, Scholomo “La invención del pueblo judío”, Editorial Akal. Madrid, 2011, un libro muy polémico, pero ajustado a algún tipo de método histórico y, su aún más polémico y hasta antisemita –en su versión anti sionista-: “La invención de la tierra de Israel: de tierra Santa a madre patria”. Editorial Akal, Madrid, 2013 y, confuso texto: “Cómo dejé de ser judío”: una mirada israelí (2016) convertido en un Bestseller de diarios, publicaciones de países árabes, negacionistas tanto del holocausto como del Estado de Israel, como en universidades que juegan a la izquierda latinoamericana, que como ya cité muy arraigada en la Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela, un poco en Perú y Brasil. En Argentina, el segundo mandato de Cristina Elisabeth Fernández, el actual de Alberto Fernández y sus gobernadores seguidores, hacen del antisemitismo anti-sionista una razón de estado.

[14] Estirpe de Moisés casado con Sefora, hija de un sacerdote politeísta venerador de la deidad de Baal-Peor.

[15] Asenat, hija de un sacerdote del Dios On, adoración pagana del Sol;

[16] Rut, sacerdotisa de Moab, su religión adoraba a la misma deidad de Sefora, Moab es tomado como el paroxismo del politeísmo.

[17] un ejemplo típico de lo que en lógica se llama hipóstasis, es decir, una forma de pensar sobre la que, tras ciertas correlaciones funcionales, se inserta una nueva realidad como soporte o causa de estas correlaciones. Este poder del lenguaje sobre el pensamiento posiblemente se derive de ideas mágicas primitivas. Hägerström, Axel Anders Theodo 1927: El concepto romano de) obligación. Ross, Alf 1958, Sobre el Derecho y la Justicia, Derecho subjetivo. Eudeba -1980

[18] Hägerström, Axel A.,  Philosophy and Religion.  Edición  Abingdon, Inglaterra: Routledge, 2007.

[19] Halter, Marek, entre sus obras encontramos, “La memoria de Abraham”, Sara y, la que estamos citando a continuación.

[20] Halter, Marek, “Los Jázaros, La leyenda de los Caballeros de Sión”, editorial Editora y Distribuidora Hispano Americana.2002.

Otra entrega del profesor Lipkin que nos asombra con su virtuosismo y precisiones histórica. Creo que más que una columna es un es un artículo de una revista.

Tremendo artículo. Gracias. Me ha instruído mucho, revela un meticuloso estudio y profundo conocimiento de los orígenes del conflicto en esa convulsionada región.

Un compendio de historia, excelente el diario.

Muy bueno e interesante, muy formativo

Excelente relato histórico, geopolítico, socio económico y cultural de un enfrentamiento milenario entre Oriente /Occidente y su repercusión en Latino América. El Saber, tomar conocimiento de todos los hechos sucedidos durante siglos, no sólo ayuda a comprender la situación mundial sino también a procurar reconstruir Naciones enteras que lucharon por su liberación. A sostener la prosperidad y Paz entre los pueblos…!!! Quizás una utopía o tal vez, un ferviente deseo.

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